EDUCACIÓN EN EL 2030

Puesto que todas las cosas llegan tarde o temprano a su fin, el final de este blog con fines relacionados con la asignatura de Procesos y Contextos educativos, ya ha llegado. Para poner un buen broche final, Xoán nos ha propuesto hablar sobre la educación en el año 2030.




Pese a no haberme nunca detenido a pensar sobre cómo sería la educación dentro de más de 10 años, intentaré aportar mi granito de arena con esta pequeña reflexión. En primer lugar, creo que el cambio más notorio y el primero que se nos vendría a todos a la mente son las TICs. Éstas estarán mucho más presentes tanto en nuestra vida como en el aula de lo que lo están hoy en día. Seguramente, y por desgracia, los libros en papel tal y como los conocemos tendrán un papel muy secundario, casi inexistente. Dentro de los cambios en el ámbito tecnológico, otro aspecto que me imagino es la creación de aulas virtuales donde los temas, en vez de ser explicados de manera teórica, se puedan reproducir de alguna forma en las aulas.

Otro aspecto del que me gustaría hablar es de los docentes en 2030. Pese al gran avance que ocurrirá con las tecnologías, confío y espero que la imagen del profesor mejore, que la profesión docente tenga más importancia en la sociedad si se puede, o al menos que se mantenga.

Seguro que aparecen un montón de avances no solo relacionados con la tecnología sino con las aulas, los profesores e incluso los alumnos. Sin embargo, me gustaría destacar algunas de las ideas que proponen en un artículo que me ha resultado bastante interesante relacionado con la educación dentro de 13 años:

- Ya no existirán los cursos clasificados por edades. 
- Ya no repites curso si suspendes, ya que nadie suspende.
- El fracaso escolar ha desaparecido.
- La asistencia diaria ya no es la norma, el aprendizaje es semipresencial.
- El calendario es personalizado; el horario, flexible.
- El colegio no se parecerá a una “prisión”.
- Los alumnos ya no memorizan conocimiento, los asimilan y los reciclan.
- Los libros de texto estarán jubilados, pero no el buen profesor. 

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